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Parece que el lunes 28 de abril de 2025 (el día del gran apagón) será recordado como el día en que España redescubrió el encanto de las velas… o el pánico de quedarse sin batería en el móvil. El gran apagón español que sumió al país en una oscuridad inesperada sigue generando preguntas, teorías y, cómo no, alguna que otra excusa oficial. Mientras el ciudadano de a pie se preguntaba si había pagado la última factura, los expertos empezaban a desentrañar un ovillo técnico bastante más complejo. Y, sorpresa (o no), parece que podríamos tener un culpable al otro lado de los Pirineos.
El experto en sector energético, renovables y gas, Carlos Cagigal, ha arrojado algo de luz (irónico, ¿verdad?) sobre el asunto, y sus declaraciones no tienen desperdicio. Según Cagigal, el sistema no se cayó de repente como un castillo de naipes; hubo señales.
“Ese día, desde las 11:00 horas, se provocan dos o tres alertas”, afirma. ¿Y por qué nadie hizo nada? Pues porque, al parecer, estas alertas “no son suficientes para disparar las instalaciones y desconectarse de red, porque entra dentro de las desviaciones normativas de la infraestructura”. Traducido: el sistema avisó, pero como quien tose discretamente en una reunión, nadie le hizo demasiado caso porque, técnicamente, “estaba permitido”. Fascinante.

Las Señales Ignoradas: Crónica de una Desconexión Anunciada antes del Gran Apagón
Profundicemos en esas “alertas discretas”. Cagigal explica que las grandes instalaciones de generación, incluidas las renovables, cuentan con centros de control conectados que monitorizan datos en tiempo real. Fueron estos centros los que detectaron esas fluctuaciones tempranas. Imaginen la escena: pilotos rojos parpadeando suavemente, técnicos mirando gráficos con el ceño fruncido, pero todo dentro de los márgenes que la burocracia y la normativa consideran “aceptables”.
“Sabíamos que teníamos ese día fluctuaciones en la red, pero entraba dentro de esos márgenes normativos.” – Carlos Cagigal
Esta situación previa es crucial. No fue un rayo caído del cielo (metafóricamente hablando, claro). Fue, según el experto, una “concatenación de causas” que culminó en el desastre. Una especie de efecto dominó energético que estaba esperando la pieza final para derrumbarse. Y esa pieza, amigos, parece que tenía acento francés.
¡Oh La La! La “Contribución” Francesa al Caos
Aquí es donde la cosa se pone interesante y las relaciones internacionales energéticas empiezan a parecer una telenovela. Cagigal es tajante: “quien nos tumba el sistema es Francia”. ¡Toma ya! Al parecer, aunque la red española ya estaba haciendo equilibrios sobre la cuerda floja con picos de tensión y frecuencia inestable (pero, recordemos, dentro de la norma), el golpe de gracia vino del vecino galo.
¿Cómo? Pues cortando la conexión. España, en ese momento, estaba exportando unos 1.000 megavatios a Francia. Cuando Francia decidió, por las razones que sean (que seguro que se aclararán con alguna explicación diplomáticamente neutra), desconectarse, esos 1.000 MW que “salían” se quedaron “atrapados” en nuestra red. Cagigal lo describe así: “aunque sea un segundo y medio, eso es muchísimo tiempo dentro de la estructura de la red”.
Un segundo y medio que provocó una sobretensión abrupta a las 12:33 horas y ¡boom! Desconexión masiva por autoprotección. El sistema dijo “hasta aquí hemos llegado”. Este incidente subraya la interdependencia de las redes europeas, un tema complejo que puedes explorar más en fuentes como la web de ENTSO-E (Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad).
Así que, mientras lidiábamos con nuestras propias “desviaciones normativas”, Francia nos dio el empujoncito final. Merci beaucoup.
Las Renovables: ¿Villanas o Víctimas de las Circunstancias?
Como siempre que hay un problema eléctrico, las miradas acusadoras se giraron rápidamente hacia las energías renovables. ¿Fueron ellas, con su intermitencia, las culpables del gran apagón español? Cagigal desmonta este mito popular con bastante claridad.
“Al contrario”, afirma, “reaccionaron a estas fluctuaciones tan grandes”. Las instalaciones renovables, como cualquier otra parte sensible de la red, tienen sistemas de autoprotección. Cuando la tensión y la frecuencia se salieron de madre (superando esos límites “normativos” que antes se respetaban), hicieron lo que debían: desconectarse para protegerse a sí mismas y evitar daños mayores. “Se dispararon y desconectaron de la red. Se desacoplaron”, explica Cagigal.
De hecho, añade un matiz importante: las renovables “fueron las que terminaron el gran apagón, pero no las que lo provocaron”. Una vez que la red se estabilizó lo suficiente, fueron estas fuentes las que ayudaron a recuperar el suministro. Así que, menos culpar a los molinos y los paneles, y más mirar hacia las causas raíz y la gestión global del sistema. Si quieres entender mejor cómo funcionan estas tecnologías y su integración en la red, nuestra sección de Formación puede serte útil.
¿Un Sabotaje Digital? La Sombra del Ciberataque
En la era digital, ante cualquier fallo masivo de infraestructura, la pregunta es inevitable: ¿pudo ser un ciberataque? El gobierno no descarta nada y ha montado dos equipos de investigación: uno para el fallo técnico y otro para la hipótesis cibernética.
Cagigal se muestra escéptico, pero cauto. “Es muy improbable que se haya producido un sabotaje”, señala, aunque concede que “no hay riesgo cero”. Entiende que se investigue esta vía “para descartarla”. Es lógico: en un mundo donde la ciberseguridad es crucial para las infraestructuras críticas, ignorar esta posibilidad sería una negligencia.
La creación de un equipo específico en ciberseguridad, anunciada tras la reunión presidida por la vicepresidenta Sara Aagesen en Red Eléctrica, demuestra que, al menos, se toman en serio la posibilidad, aunque sea remota. Esperemos que solo sea una precaución y no el inicio de una película de espías energéticos.
¿Puede Volver a Pasar? La Pregunta del Millón (de Voltios)
Y ahora, la pregunta que todos nos hacemos mientras cargamos nuestras power banks por si acaso: ¿podríamos sufrir otro gran apagón español? Cagigal repite su mantra: “Es muy improbable, pero en el escenario actual, no hay riesgo cero”. Una respuesta que tranquiliza lo justo, pero que nos recuerda que la estabilidad total es una utopía en sistemas tan complejos e interconectados.
El hecho de que hubiera “episodios de pico de tensión previos” y que el Gobierno ya tenga esos datos sugiere que hay mucho que analizar. La hora clave, insiste el experto, no fueron las 11:00 de las alertas iniciales, sino las 12:33 del “corte francés” y la desconexión masiva. La investigación deberá aclarar esa “concatenación de causas” y, esperemos, reforzar los puntos débiles.
Mientras tanto, ¿qué podemos hacer? Mantenernos informados, entender un poco mejor cómo funciona este complejo entramado energético y, quizás, tener un plan B por si las luces deciden tomarse otro descanso inesperado. Puedes seguir las últimas Noticias sobre este y otros temas en nuestra web.
Puntos Clave del Análisis de Cagigal:
Punto Clave | Descripción |
Alertas Previas | Hubo 3 alertas desde las 11:00, pero dentro de límites “normativos”. |
Causa Inmediata | Desconexión de Francia (1000 MW exportados) causó sobretensión crítica. |
“Culpable” Principal | Según Cagigal, la acción de Francia fue el detonante final. |
Rol de las Renovables | Reaccionaron protegiéndose; no causaron el apagón, ayudaron a terminarlo. |
Hipótesis de Ciberataque | Improbable, pero se investiga por precaución (“riesgo cero no existe”). |
Riesgo de Repetición | Muy improbable, pero no imposible en el escenario actual. |
En resumen, el gran apagón español fue una tormenta perfecta de fluctuaciones internas “permitidas”, una dependencia externa crucial (¡hola, Francia!) y la reacción en cadena de un sistema eléctrico complejo. No fue culpa del becario que tropezó con un cable (probablemente), ni de las heroicas/villanas renovables. Fue un recordatorio de que nuestra moderna vida electrificada pende de hilos (literalmente) muy sofisticados y, a veces, frágiles. Esperemos que las investigaciones sirvan para reforzar esos hilos. Y mientras, quizás no sea mala idea Explorar alternativas o simplemente entender mejor el mundo que nos rodea. Porque, admitámoslo, quedarse a oscuras en 2025 tiene su punto… pero solo si es por elección propia.